Ya ni recuerdo el tiempo que hace que estoy en este país, y apenas, el de la última vez que fui a una rueda de prensa. Al menos me queda esto para volcar las impresiones de un periodista freelance (por no decir desempleado) en esta maravilla de país.
¿Un poco pesimista? Sin duda, pero esas pocas fuerzas que quedaban para regresar a la "madre patria" se ven poco a poco reducidas a escombros por la situación en la lejana España: una tasa de paro desbocada, una liga de fútbol decepcionante y una crisis económica que vuelve a desperezarse.
Poco tiempo queda ya para que mi visa de turista vuelva a caducarse tras renovarla hace meses por segunda vez y las presiones desde la península se hacen casi insostenibles. Esperan una respuesta pero son lo suficientemente inteligentes y más para saber que no voy a volver.
Yo aquí me quedo, esperando la visita de mi hermana y anhelando la de mis padres, buscando temas para colocar en la prensa española. En la divertida e interesante Caracas, la "Sultana del Ávila". Me pierdo por sus calles sin pavimentar, por sus barrios, me monto en el Caprice Classic de mi amigo Lucas. Salgo a buscar algo intersante que contar. La esencia del periodismo.
2 escobazos:
Ya sabes, aguante Latinoamericano golfo. Todavía nos queda dar mucho jaleo por estos lares, aunque ambos seamos un número más en lista de desempleados. Si hay que renovar por tres meses; se renueva.
Y punto.
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